Dentro de muy poco tiempo, los médicos podrán acceder a los historiales clínicos de sus pacientes del mismo modo en que los propietarios de mascotas pueden localizar los animales perdidos, esto es, mediante un diminuto microchip implantable bajo la piel.
La Federación de Médicos de América ya ha aprobado el primer microchip para la identificación mediante radio frecuencia de uso en humanos. Conocido como "Verichip" (microprocesador verificador), el dispositivo ha sido diseñado para ayudar a que los médicos tengan un acceso inmediato al historial clínico del paciente. Su tamaño aproximado es el de un grano de arroz, y contiene una clave de verificación de dieciseis dígitos detectable por un escáner. Éste emite una pequeña cantidad de frecuencia de radio que activa el chip para que, a su vez, retransmita el número al escáner. Un sistema similar de implantación de microchips se viene usando en la identificación de mascotas y de todo tipo de animales domésticos y de ganado.
Se recomienda que el Verichip se implante en el triceps, entre el codo y el hombro del brazo derecho. La inserción se realiza mediante un procedimiento breve y sencillo, sin hospìtalización, y con anestesia local.
Dentro de su clase, el microchip supone el primer método patentado y comercializado de etiquetado para humanos. Hasta ahora, y desde el año 2002, se han vendido más de ocho mil (8.000) unidades a los distribuidores, según la firma Applied Digital, con sede en Florida, creadora del Verichip. Los distribuidores son médicos acreditados por esta compañía que compran, revenden y administran los microchips. La implantación del dispositivo sólo requiere una inyección, y tiene un coste de aproximado de doscientos (200) dólares. La tecnología de identificación por radio frecuencia (RFID) empleada para el funcionamiento del Verichip ya ha comenzado a revolucionar los negocios de fabricación, comercialización y seguridad de este tipo de dispositivos.
MICROCHIP BIOLÓGICOS
Durante las últimas décadas, las ciencias biológicas, especialmente la genética y la biología molecular, se han centrado en el descubrimiento de los miles de genes que contiene nuestro código y de la función que producen las proteínas codificadas por él. Gracias al Proyecto Genoma Humano.
Este conocimiento demanda herramientas que permitan el estudio de múltiples eventos. Por ejemplo, descifrar cuál es la expresión de miles de genes en una célula de una glándula prostática sana frente a los de una procedente de un cáncer de próstata.
La integración de la tecnología desarrollada en el campo de los ordenadores, el microchip, junto con métodos de bioquímica, de biología molecular y la síntesis de fragmentos de ADN sobre plataformas sólidas, ha creado un instrumento que lo permite: el microchip biotecnológico. Con él se puede obtener, en poco tiempo y a partir de experimentos convencionales, miles de datos. El coste es mucho menor que el que se estimaba hace unos años.
Al principio, se utilizó para descubrir nuevos agentes terapéuticos. Sin embargo, recientemente varias compañías han optado por elaborar biochips para identificar las mutaciones que muestran algunos genes específicos y que juegan un papel relevante en ciertas enfermedades tumorales, como el gen p53 en el cáncer de colon y de mama.
También se están produciendo biochips que incorporan de 40.000 a 70.000 secuencias génicas y permiten el estudio comparativo de la expresión de células normales frente a las tumorales, de cánceres agresivos frente a otros de comportamiento más benigno y de los casos que respondieron a ciertos tratamientos frente a los que presentaron resistencia.
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